Rompiendo pronósticos y sus propios miedos, con un “chiche” de Joel Soñora apenas ingresó cuando las papas quemaban, Talleres se hizo fuerte en La Bombonera y superó con lo justo a Boca para arrebatarle la cima de la tabla de la Copa de la Liga Profesional.
Y eso que la pasó mal en el complemento porque con todos los apellidos de peso y con su jerarquía, los dirigidos por Miguel Russo inclinaron la cancha. Pero en una jugada aislada de contra, Soñora -a falta de cinco minutos y previa pared con Parede- sentenció la suerte del juego. Reclamo del Xeneixe en la jugada previa al colombiano Villa; no obstante, bien el albiazul sabiendo leer el momento.
Los cambios del “cacique” fueron efectivos a la hora de buscar equiparar, el hijo del “chiche ” definió ante Rossi y posterior beso al banderín de Boca, generando algo de polémica en ese sentido.
Pero el festejo tiene fundamentos porque Talleres empezó a caer luego de un activo primer tiempo, donde Tevez mereció ser expulsado por una falta sobre Retegui .
Cuando el partido avanzaba y Boca imponía condiciones, apareció la solvencia de Komar luego de algunos partidos deslucidos y los pulmones de Navarro, fueron los argumentos para edificar la victoria. Más esa salvada de Pérez ante la definición de Ábila que bien pudo ser gol.
Talleres hacía rato firmaba el empate. Parede fue de delantero para interferir la salida y se encontró con la asistencia. Y Enzo Díaz tuvo dos acciones en ataque para alejar la pelota de la zona de fuego y hacer correr el reloj como si fuera un enganche.
El Talleres post pandemia supera expectativas propias y extrañas, por más que la dirigencia y el DT Medina siempre hablaron de protagonismo, a pesar de la gran cantidad de bajas. Y el triunfo en La Bombonera es fiel reflejo del momento, que tiene a los de barrio Jardín en lo alto.